El momento en que se re-jodió el Perú, los outsiders, la crisis y su antídoto. Entrevista al Dr. Jesús Tovar
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- Dec 2
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Por: Milagros Lizárraga
Según el Dr. Jesús Tovar, Ph D en Ciencias Políticas , catedrático e investigador peruano que reside en México, respondiendo a la pregunta que hiciera Mario Vargas Llosa en su novela “Conversación en la Catedral” ¿En qué momento se jodió el Perú?
Nos dice que se jodió en varios momentos, pero que se re-jodió cuando se privatizaron los partidos políticos y pasaron de ser movimientos populares, a ser empresas que tienen un dueño y venden leyes.
Tovar explica que se pasó de elegir a cabezas de movimientos democráticos a elegir a los famosos “outsiders” que son dueños de partidos.
Estos caudillos han constituido ‘el mal menor’ por el que el pueblo peruano ha optado, desde finales del siglo XX hasta la fecha, para dirigir el rumbo del país y han terminado todos condenados y presos.
El Perú tiene a 6 ex presidentes en prisión en la actualidad, y ha tenido un total récord de 7 presidentes en los últimos 10 años, desde PPK (2016) hasta Jerí quien, de no haber otra sorpresa, será quien entregue la presidencia en el 2026.
Los niveles de desaprobación, que los últimos Congresos del Perú han alcanzado, son extremos.
El cierre del Congreso que hiciera el ex presidente Vizcarra (que es el primero que cae preso – de los ex presidentes que llegaron al poder como reemplazo del presidente electo en estas épocas) no llevó a una solución, por el contrario, desde el “borrón y cuenta nueva” la desaprobación ha ido de mal en peor.
¿Cuál es la alternativa? ¿Seguir eligiendo outsiders, los cuales pasan, según la historia, a engrosar la lista de condenados y/o rechazados?
Por otro lado, los outsiders para las elecciones del 2026 no se desmarcan del sistema de “partidos con dueño”. En las pasadas elecciones primarias del 30 de noviembre de 2025, de los 39 partidos políticos, 37 eligieron “elecciones” a través de delegados, solo 2 partidos eligieron el sistema de una afiliado un voto, donde es cada miembro del partido el que elige a sus representantes.
Cabe destacar que la mayoría de los 39 partidos cuentan con una lista única de candidatos (incluido RP que fue uno de los 2 partidos que usó el sistema de “1 afiliado un voto” por cuestiones de sus estatutos que no pudo cambiar), por lo que las “elecciones” primarias, en la gran mayoría de los casos, no eligen, sólo ratifican lo que ya está predeterminado.
Las «elecciones» primarias son la viva imagen de los partidos con dueño, de la privatización de la política a la que se refiere el Dr. Jesús Tovar.
A pesar de esta dura realidad,Tovar identifica que la causa de la crisis en el Perú no es la crisis de los partidos políticos, ni la corrupción de la cual se puede salir como ha sucedido en otros países.
Para Tovar la causa de la crisis en el Perú es que es un país sin proyecto y ese proyecto se logra construyendo una narrativa que nos defina como peruanos, como país, que le dé sentido a nuestras vidas. He allí el antídoto a este mal que nos aqueja.

Extractos de la entrevista al Dr. Jesús Tovar, que me concedió el 17 de Noviembre del 2025:
El momento en que se re-jodió el Perú
“La crisis de la República empezó aproximadamente en los años finales de los 80 e inicios de los 90. Ahí empezó la privatización y tuvo las siguientes causas:
En primer lugar, una pérdida de legitimidad de los partidos tradicionales, el APRA, Acción Popular, el PPC… El primero que entró en una crisis fatal que desapareció a los pocos meses, fue Izquierda Unida. Y cuando estos partidos perdieron legitimidad surgieron ya no líderes partidarios sino líderes personales, se llaman outsiders.
El primer outsider fue Ricardo Belmont Casinelli, que aprovechando la deslegitimidad se presentó en las elecciones para alcalde en 1989 y le ganó a todos los partidos. Y esto fue el primer clarinazo. La gente dice: una persona le puede ganar a todos los partidos.
En Perú se cayó el sistema de partidos. Entonces las personas empezaron a hacer política con su cara, con su voz, con sus ideas.
Y el siguiente de Ricardo Belmont, fue Alberto Fujimori. Y Alberto Fujimori acentuó ese proceso de declive de los partidos con un golpe de estado.
Y creó un partido, un partido que todavía existe, ha variado de nombre, pero es el primer partido político privatizado, uno olvida los nombres que ha tenido las diversas formas de este partido y simplemente le llamamos Fujimorismo. Antes era Alberto, ahora es Keiko, digamos, pero es lo que diga Keiko.
Y nadie cuestiona eso. ¿Por qué? Porque esa persona compró el partido. Incluso partidos que fueron asambleas de ciudadanos, con jerarquías, con líderes, pero que decidían de manera colectiva en convenciones, en congresos, en reuniones de sus líderes, como Acción Popular, dejó de ser como tal y se volvió una entidad privatizada.
De los outsiders a la privatización de los partidos
La palabra república viene de valores republicanos. La palabra república viene de latín. Res pública. ¿Y qué cosa es res pública? La cosa de todos. Una nación, un país, una patria, es la cosa de todos. Bueno, esa cosa de todos ahora se ha privatizado.
Uno no se inscribe a un partido y le nombran candidato trayendo a muchos ciudadanos para que lo apoye, uno tiene que pedirle permiso al jefe; entiéndase jefe literalmente por dueño.
Y eso se ha estudiado en la ciencia política.
No solamente ocurre en el Perú, solo que en el Perú ocurre para todos los partidos. A esos partidos se les llama cartel parties, en el español, se llaman partidos-empresa.
Ya un partido no se funda para cambiar el Perú, se funda para ganar dinero.
No están para discutir qué hacemos para mejorar la Res Pública, sino qué hacemos para ganar dinero. Y eso contribuye a esta corrupción generalizada. Ya no se trata de ganar dinero como haría legítimamente una empresa, haciendo un producto y vendiéndolo. Acá se venden leyes.
El problema está que en esos grupos de interés que pagan dinero para una ley están los delincuentes. Es decir, los delincuentes han hecho una bolsa de dinero, no para que los congresistas hagan una ley, sino varias leyes a su favor.
La corrupción se ha generalizado. Pero este no es el tema central, paradójicamente porque esta idea de la corrupción generalizada no es lo que determina la crisis de la República. La corrupción ha sido un fenómeno frecuente en la historia de la política de los diversos países en el mundo. En el Perú ahora lo es. El punto es, ¿dejará de serlo? Sí puede dejar de serlo. Como lo ha sido en otros países.
Lo que determina la crisis es que vivimos en un país que no tiene proyecto.
Vivimos en un país que ya no tiene valores.
Y no me refiero a cualquier valor, me refiero a los valores con los que fue fundado. Valores liberales y republicanos. Ya no tiene esos valores.
Entonces, un país, una comunidad que vive sin un propósito en común, entra en decadencia. Y cuando la decadencia se vuelve violencia cotidiana, esa decadencia termina siendo crisis.
Y estamos en decadencia desde el año 89, pero más acentuadamente desde hace 10 años cuando Keiko Fujimori le negó las vías para gobernar a un político de su misma ideología liberal, a Pedro Pablo Kuczynski. Se le dijo, no, yo no voy a gobernar contigo. Yo voy a gobernar desde el Congreso; y ahora el Congreso está gobernando. Desde entonces hemos tenido ocho o nueve presidentes.
El antídoto para la crisis es la creación de una Narrativa
De lo que carece el Perú es de lo que yo llamo una narrativa.
¿Qué es una narrativa? Es una historia que nos permite darle sentido a nuestra vida.
Hay diversas narrativas que tenemos en nuestra cabeza y que nos dan sentido a la vida. El cristianismo, la religión, es una narrativa. Da sentido a nuestra vida. Por otro lado, para los que vivimos de la academia, la ciencia también es una narrativa. Da sentido a nuestra vida. Hay otras narrativas más pequeñitas. La afición a un deporte es una narrativa. Nos levantamos cada día para conseguir una medalla, para hacer un esfuerzo, para darle emoción a nuestro cuerpo; sabes que cuando hacemos ejercicio nuestro cerebro produce bienestar. Eso es una narrativa también.
Pero lo que no tenemos en el Perú es una narrativa política. ¿La tuvimos? Sí, la tuvimos. El APRA, en los años 30, creó una narrativa, por la cual mucha gente entregó su vida, murieron sacrificadamente, y otros entregaron toda una vida de acción para tratar de alcanzar los valores de esa narrativa. Acción Popular también creó una narrativa. Sendero Luminoso también creó una narrativa. No necesariamente las narrativas producen cosas buenas. Ya no existe ninguna de esas narrativas. El Nazismo, el Fascismo, el Comunismo son narrativas.
Una narrativa es lo que nos une. Cuando hay dos narrativas, luchan entre sí. Ahora ya no hay ninguna lucha de narrativas.
Ahora hay una lucha por dinero, por bienes materiales que provienen de bienes públicos, no que provienen de tu casa, que es una casa privada y que tú la has conseguido con esfuerzo. No, eso viene de una apropiación. Y como es de todos y alguien se ha apropiado, es una apropiación ilícita.
La Torre de Babel peruana
Si no hay narrativas, cada uno habla sus pequeñas historias, sus pequeñas demandas, sus minucias. Entonces no nos entendemos.
Esta Torre de Babel es el Perú. El Perú ha perdido identidad. Si no tenemos identidad, vamos a seguir en un mundo heterogéneo, de palabras diversas, donde no nos vamos a entender.
Hay que plantear el eje del debate, y para establecer el eje del debate hay que plantear una narrativa.
Las elecciones son un juego de lotería
En el Perú, no necesariamente los candidatos ganan porque tengan narrativa, sino porque ninguno tiene narrativa.
En el Perú, la política es una lotería. ¿Y por qué una lotería? Porque los candidatos no proponen nada. Uno propone una cosita, otro propone otra. Y algunos no proponen nada. Ponen su cara y su número.
Como los peruanos han privatizado la política, pierden eficacia en su capacidad de convencer. Son miles de candidatos. Ninguno tiene narrativa. Incluso Keiko, que en algún momento quiso seguir la narrativa de su padre, ahora ya ni siquiera tiene la narrativa de su padre.
Entonces, cuando no hay una narrativa, la política se vuelve una lotería. ¿Y qué significa? Que cualquiera de los 40 candidatos puede ganar.
Por eso ganó Castillo. Castillo, no apareció sino en el último momento donde el peruano dice, estoy cansado de estos. ¿Por quién voto? De Tín Marín de Do Pingüé… Castillo fue un producto de una lotería.
Por eso los peruanos participan en política. A ver si les toca la lotería. Y la lotería es una buena lotería porque no solamente es tener un puesto en el Congreso, que creo que ya no es 18000, 20000, 25000 soles. Si no, creo que ya se han subido a 40000 soles o algo así. Pero eso es lo menos que gana un congresista. El triple, el cuádruple, lo gana vendiendo leyes a grupos de interés.
Las grandes narrativas están, desde hace aproximadamente 60 o 70 años, perdiendo vigencia en el mundo.
Uno de los problemas de la construcción de narrativas es que hemos pasado una etapa de la historia, no del Perú, sino del mundo, en que las grandes narrativas están perdiendo vigencia. No solamente están perdiendo vigencia las religiones, sino también están perdiendo vigencia las narrativas políticas. Es una crisis de ideologías. Una narrativa no solamente es una historia que se ubica en el tiempo, sino que tiene valores.
El problema del Perú es que en la política se perdieron las grandes narrativas y no aparecieron las pequeñas narrativas. Y eso nos llevó a una crisis de identidad. Eso nos llevó a la crisis de la República. Se perdieron los valores por los cuales nuestra comunidad fue construida hace 200 años; los valores Liberales y Republicanos, que también son una narrativa.
¿Y qué quedó? Quedó Babel. Ahí estamos, en Babel. De hecho, eso lo pensó Vargas Llosa en un periodo determinado. Solamente que él vio cuando entrábamos a Babel. Ahora estamos ya viviendo 40, 30 y los últimos 10 años plenamente en Babel. El caos total. O como diría un gran teórico de la política, el estado de naturaleza, que es donde todos, diciendo una grosería a la mexicana, nos damos la madre cada día. Cada día. Salimos de la casa y no puedes sacar tu celular en la calle. Hay el micro robo y el gran robo.
En el Perú, de alguna manera, esta política privada, esta política de ganarse algo, se vuelve una narrativa. O sea, yo entro en política para ganar algo. Las personas que entregan su vida al bienestar de los demás incluso sin ganar dinero son cojudos. O sea, si hay una narrativa de entrar a la política para ganar algo. Algo privado. Ninguno de los candidatos hasta ahora me demuestra fehacientemente que piense lo contrario.
¿Cómo construimos una narrativa en el Perú?
Primera característica hay que tener la voluntad de hacer una narrativa. Saber que la primera condición para hacer política es construir una narrativa. Sin narrativa no hay unidad no hay identidad no hay diálogo coherente.
Segundo la manera de saber hacer una narrativa. Necesitamos constructores de narrativa, constructores de contenido, ideólogos. Ya no tenemos un Haya de la Torre, un Belaúnde, un Bedoya; ya no tenemos un Bustamante Rivero, ya no tenemos grandes escritores que nos daban grandes narrativas del Perú profundo como Arguedas, como Ciro Alegría, o como el propio Vargas Llosa, que su tarea es construir narrativas. Hay personas que saben hacer narrativas, esas personas tienen que ayudarnos a recuperar esos valores, esa identidad perdida.
Tercera característica: Depende de las reglas. Las reglas del juego que están en las leyes electorales peruanas no estimulan la creación de narrativas lo que estimulan es simplemente lo que reglamentan, son requisitos que se compran con dinero, entonces el número de firmas no es para que tú las recolectes, es para que las compres y ahí está en la norma. La norma no dice que está prohibido comprar firmas, no, tú presenta la firma si es falsa pues te la descuentan.
La cuarta, creo que es la más importante, es reconstituir ritos, procesos simbólicos.. Hemos perdido los ritos. Hemos perdido esas secuencias que hacen que ese momento se vuelva sagrado. Nadie se puede burlar, nadie se puede reír y todos como que se abren de corazón a esa ritualidad. En un rito se reproduce de manera simbólica toda la narrativa . En la misa cuando el cura levanta la hostia dice este es el pan, se está reproduciendo toda la historia de la narrativa de Cristo, del sacrificio de Cristo, ese es un rito. Cuando se perdieron las macro narrativas se perdieron los ritos se perdieron los momentos sagrados
El problema de la política peruana es que se ha privatizado, se ha profanado y ha perdido sus ritos.
Hay que recuperar los ritos, hay que construir los ritos.
Entrevista completa al Dr. Jesus Tovar, Doctor en Ciencia Política (Flacso – Sede México), Magister en Gestión y Políticas Públicas (Universidad de Chile), Licenciado en Sociología (Pontificia Universidad Católica del Perú), Especialista en Democracia, Democratizaciones y Calidad de la Democracia, Elecciones y Partidos Políticos en América Latina, Marketing Político y Electoral, Metodología de la Investigación y Diseño de Proyectos de Tesis. El Dr. Tovar es , además, candidato al Senado del Perú por el partido Libertad Popular en las elecciones del 2026.






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