Discurso: "Los Desafíos Políticos de los PEX"
- Perú USA Southern CA

- Nov 26
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Por @ Jesús Tovar
Ph.D en Ciencia Política
¡Buenas tardes, queridos paisanos y paisanas! Un saludo muy especial para cada uno de ustedes, para esta comunidad de peruanos a quienes la vida nos ha llevado lejos de casa, pero no lejos del compromiso con nuestro país. Hace un par de semanas me pidieron una recomendación para ponerle título a este encuentro, y es el mismo título que encabeza mis palabras en esta oportunidad para conversar con todos ustedes: Los Desafíos Políticos de los PEX.
Hoy no vine a hablarles de estadísticas frías ni de teorías políticas abstractas. Vine a hablarles de nosotros. De nuestra historia de migrantes, de nuestro dolor, de nuestra esperanza y de nuestro poder. El Perú (como bien sabemos todos) clama por un cambio, y quién mejor que nosotros, los que hemos visto el país desde dentro y desde fuera, para ser parte de la solución, o al menos para conformar un grupo de dialogo que proponga esas soluciones.
Pero para ello, debemos enfrentar tres desafíos profundos, tres espejos en los que debemos mirarnos con valentía.
PRIMER DESAFÍO: La Lección que Traemos en la Maleta
Cuando salimos del Perú, no solo empacamos nuestras fotos y nuestro ají. Llegamos a estas nuevas tierras con una mochila llena de nuestras costumbres, nuestra forma de ver la vida. Y con el tiempo, sin darnos cuenta, empezamos a aprender. A absorber. A cambiar.
¿Qué hemos visto que sí funciona?
Imagínense la primera vez que tomaron un tren o un metro. No era el "sálvese quien pueda" de siempre. Había una fila. La gente esperaba su turno. Y ustedes, al principio incrédulos, se sumaron. Y funcionó. Esa es la primera lección: El orden no es una opresión, es un pacto de respeto que nos hace la vida más fácil a todos.
O piensen en la primera vez que fueron a una municipalidad o a un trámite público. No tuvieron que preguntar "¿a quién le doy una propina?". El funcionario les atendió, les dio un número, un comprobante, una fecha clara. Y el trámite se hizo. Esa es la segunda lección: La institucionalidad. Que las reglas sean claras y para todos, no solo para los que no tienen contactos.
Y qué decir de cuando pagan sus impuestos. Ustedes ven, con sus propios ojos, cómo ese dinero no se esfuma. Se transforma. Se convierte en el parque limpio donde juegan sus hijos, en el hospital equipado que salva vidas, en la calle segura en que caminan de noche. Esta es la lección más clara: Los impuestos no son un robo, son la cuota de entrada para vivir en una sociedad civilizada. Es la confianza en que tu contribución se invertirá en el bien común. El cual, en su esencia más pura, es la materialización de un pacto social que los romanos llamaron ‘Res Publica’: ‘la cosa de todos’. ¡La República!
Pero estimados paisanos, he aquí nuestra tragedia y nuestro desafío: Conociendo el significado verdadero de la palabra ‘República’, nuestra ‘República del Perú’ es, hoy por hoy, su negación viviente. Lo que debería ser ‘la cosa de todos’ se ha convertido en ‘la cosa de unos pocos’. Nosotros, desde fuera, vivimos en auténticas repúblicas, o al menos donde sus partidos, sus líderes, sus políticos se proponen serlo, mientras nuestra patria lleva un nombre vacío, un nombre de una república que no es tal, una república que NO funciona.
Entonces, el desafío es el siguiente: No podemos guardar estas lecciones que conocemos, que hemos aprendido, como si fuera un secreto. No podemos decir "qué bueno es esto" y, cuando volvemos al Perú, conformarnos con el "así son las cosas". Tenemos la obligación moral de ser puentes activos. De exigir, proponer, y sobre todo, de practicar ese orden, esa institucionalidad y esa cultura de cumplimiento de la ley cuando pisamos tierra peruana. Por tanto, queridos PEX, somos, o podemos ser, portavoces o hacedores de un futuro posible.
Por tanto, les propongo el desafío de pensar y hablar en base a la experiencia de cada uno de Ustedes, ¿qué lección positiva hemos adquirido en nuestra segunda patria y que creemos puede servir para mejorar nuestra primera patria? ¿Qué reforma o qué conducta política existe en esta segunda patria, que es necesario para revertir la decadencia política que asola a nuestra primera patria hace una década o más?, ¿qué haríamos nosotros en base a la experiencia extranjera que tenemos para mejorar al país que dejamos hace un año, hace una década, hace un cuarto de siglo y que vemos que todo sigue igual de mal o peor?
SEGUNDO DESAFÍO: El Fantasma que Llevamos Dentro
Y aquí, estimados PEX, viene la parte más incómoda. La más dolorosa. Porque es fácil señalar con el dedo al político corrupto, al congresista inmoral. Pero ¿y nosotros?
Hagamos un ejercicio de honestidad brutal.
¿Quién de nosotros, en su último viaje a Lima, al verse en medio del caos del tránsito, no ha pensado en ofrecer "una colaboración" al policía para evitar una multa? Ese fantasma de la "coima" aún nos susurra al oído. ¿Quién no ha buscado a un "contacto" para saltarse una fila en el hospital o agilizar un documento? Ese "gancho" que aquí, en nuestro país de acogida, sería una corrupción inaceptable. ¿Quién no ha evadido un impuesto menor, o ha mirado para otro lado cuando alguien se aprovecha de un servicio público?
Ahí está el monstruo. Y el monstruo no está solo en el Congreso o en Palacio. El monstruo anida en nuestros propios hábitos, en esa doble moral que aplicamos sin darnos cuenta. Acá en nuestra segunda patria, somos ciudadanos ejemplares porque la ley y el Estado que nos rige no nos da opción. Allá, el sistema peruano, débil y corrupto, nos tienta a volver a ser lo que jurábamos haber superado.
Queridos Pex: les voy a contar una historia. La de Diógenes, el filósofo griego. Dicen que Alejandro Magno, el hombre más poderoso del mundo, fue a verlo. Lo encontró recostado, tomando el sol. Alejandro, queriendo tentarlo o ganar su favor, se paró frente a él y le dijo: "Pídeme lo que quieras, que te lo daré". Y Diógenes, sin inmutarse, solo le respondió: "Quiero que te quites, me estás tapando el sol".
¿Cuál es la lección para nosotros? Diógenes no necesitaba nada de Alejandro. Era dueño de sí mismo, era su propio gobernante. Su integridad era un sol interior tan fuerte, que no había tentación, ni poder, ni corrupción que pudiera opacarlo. Y lo más increíble: fue Diógenes quien hizo que el hombre más poderoso del mundo se moviera para él. No al revés.
Este es nuestro segundo y más íntimo desafío: La Coherencia.
Debemos declararle la guerra a ese fantasma interno, a ese dinosaurio que aún llevamos dentro. Cuando regresemos, seamos como Diógenes. Seamos los primeros en decir "NO". "No, oficial, no le voy a pagar, deme la multa". "No, señor, no voy a usar mi contacto, voy a esperar mi turno". Esa es nuestra verdadera batalla. Porque un país no cambia con leyes nuevas, cambia con ciudadanos nuevos. Ciudadanos que sean dueños de su propio carácter, que tengan un sol interior de integridad que ningún corruptor pueda apagar o hacerle sombra. Y nosotros, que hemos visto que es posible, tenemos que ser la semilla de esos nuevos ciudadanos. ¡Debemos vigilar nuestra propia conducta! Cada vez que resistimos la tentación del viejo vicio, le ganamos una batalla a esa decadencia política que prevalece sistémicamente en el Perú.
TERCER DESAFÍO: La Ruptura que nos Une
Hermanos, hablemos ahora de lo que duele. De por qué estamos aquí. Para muchos, salir del Perú no fue una aventura, fue una ruptura. Esa palabra que proviene del latín, "rumpere", y que significa romper.
Romper con el abrazo de nuestros padres, a quienes ya no volvimos a ver con vida. Romper con las risas de los amigos en la esquina. Romper con el olor de los chicharrones, de los anticuchos, o del pan que se hacía en el barrio donde crecimos. Fue un desgarro. Un parto doloroso que nos arrancó de nuestra tierra.
Pero en toda ruptura, hay una semilla de liberación. Al romper, lo que parecía sólido y eterno de repente se mostró frágil. Vimos que las estructuras que nos rodeaban podían quebrarse. Y en esa fragilidad, descubrimos nuestra propia fuerza. Tuvimos que recomenzar de cero. Construir una vida nueva, con las uñas, con el corazón en pedazos, pero con una determinación feroz.
¿Y ahora qué? Ahora algunos quieren, o queremos, recomponer esa ruptura. Volver a unir los pedazos. Y ese es el desafío final y más grande: ¿Cómo reconstruimos el Perú sin repetir los errores que nos hicieron romper, que nos hicieron irnos del país?
No podemos querer recomponer la vieja vasija que se quebró, con las mismas grietas, con los mismos pedazos. Tenemos que fundir el barro de nuevo y moldear algo distinto.
La respuesta está en nuestra propia experiencia de ruptura. Nosotros somos un puente. No somos los mismos peruanos que se fueron, ni somos totalmente extranjeros. Somos el punto de unión entre el "allá" y el "acá". Nuestra tarea no es volver con nostalgia, sino volver con legado.
Recomponer significa: Usar los aprendizajes y los hábitos que adquirimos fuera, y de los que hablamos en el primer desafío y mostrar SOLUCIONES.
Recomponer significa: Vencer al fantasma de la corrupción que aún llevamos dentro y del que hablamos en el segundo desafío y demostrar COHERENCIA.
Recomponer significa: Convertir el dolor de la ruptura en el combustible de la reconstrucción, y reconciliarnos no con un pasado que ya no existe, sino con una familia, con unos amigos, con un barrio, con una nación, que quedó tan lejana, pero a la que en ultima instancia, queremos volver, y para ello debemos ser GENEROSOS, VENIMOS A DAR, NO A PEDIR.
No se trata solo de enviar remesas, se trata de enviar esperanza activa. De asumir un reto electoral en el corto plazo, sin quedarnos en el rol de simples votantes, sino de ser agentes, actores, políticos. Como lo son nuestros vecinos, los padres de los hijos que van a la escuela de nuestros hijos, nuestros compañeros de trabajo, todos ellos son políticos porque no solo votan en las elecciones, participan en una comunidad organizada en el barrio, en el distrito, en organizaciones voluntarias que están presentes en nuestra vida cotidiana. Eso es HACER POLÍTICA comunitaria, institucional, solidaria.
Hermanos PEX, el Perú no necesita críticos desde la barrera. ¡Necesita arquitectos desde la experiencia!
Tenemos Tres Desafíos:
1. Ser los Traductores de lo que sí funciona y ofrecer soluciones que nos dio la experiencia.
2. Ser los Guerreros contra la corrupción que llevamos dentro, muy adentro.
3. Ser los Arquitectos que, desde la experiencia de la ruptura, nos proponemos construir una nueva unidad, una nueva república en base a nuestra generosidad.
No somos peruanos de segunda categoría por vivir lejos. ¡Somos peruanos de categoría global, somos ciudadanos del mundo, con una visión única y un poder transformador, que le puede decir algo valioso a los peruanos que no han salido de su barrio, de su pequeña o gran ciudad, de su territorio amenazado y extorsionado!
Que, dentro de otros diez años, no digamos "qué mal sigue estando el Perú", sino que podamos decir, con orgullo: "Nosotros, los PEX, los que sentimos la ruptura, fuimos parte esencial de la reconstrucción de nuestra patria"
Noviembre 2025







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