top of page
Search

Fantasmas del Bicentenario

Writer: Perú USA Southern CAPerú USA Southern CA


Por: Milagros Lizárraga

Los fantasmas del bicentenario salen de sus closets, se asoman entre costillas, fémures, húmeros y cráneos.

A sus 200 años el Perú ha podido liberarlos, vienen bañados en sangre, con aliento fermentado, portadores de virus, vicios y dolencias del pasado.

No queremos verlos, nos duele su presencia. No queremos escucharlos... mas, cual zombis poseídos, no podemos dejar de hablarlos. 

Salen por entre nuestras caderas y nuestros sesos, nuestros corazones laten al verlos. 

Nosotros somos sus tumbas que los han guardado en secreto, entre los tabúes del Perú, entre la Lima y el Cuzco, entre La Serna, Torre Tagle, Pizarro, Almagro, Huáscar y Atahualpa. 

Nos sale el Túpac y el Amaru se regocija, asomándose con su movimiento sinuoso desde las cavernas de nuestros más sórdidos secretos.

Huamanga se mira con Piura y Pucallpa, la ciudad de los Reyes desmaya aterrada al ver a Cajamarca afilando sus machetes en sus pisos de piedra virreinal. Las huacas de Lima cantan, los monasterios suspiran, los apus cuchichean de Costa a Sierra, de Sierra a Selva. Las piedras de los ríos ruedan trayendo el pasado encapsulado, como si fuera un maremoto de agua dulce; vienen en avalancha y se salen por las órbitas de nuestros ojos salados.

Vomitamos fuego, cenizas, huaicos siniestros, como si un chamán grandioso nos estuviera dando el viaje de ayahuasca de los siglos para que nos limpiemos de todo, para que enfrentemos nuestros lados más oscuros como pueblo peruano; para que nos veamos en nuestra fealdad sin miedo, en nuestros odios eternos; para que purguemos nuestros desprecios que nos vuelven psicópatas inmunes al sufrimiento ajeno, inmunes a las tantas heridas de muerte que el Perú soporta año tras año, inmunes a nuestra condición de víctima y verdugo, psicóticos del “antes niegue sus luces el Sol.” 


¿Quiénes somos? Somos uno? Somos miles? Somos millones? 

¿Cómo podemos llamarnos todos Perú? 

Nosotros que nos odiamos y a la vez nos amamos tanto.... pero tanto y tanto. 

Nosotros que somos capaces de unirnos tras un grito de gol, tras saborear un plato de ceviche, una carapulcra, una pachamanca; tras un sorbo de pisco sour,  o una lamida de helado de lúcuma; tras el estremecimiento ante un poema de Vallejo, tras el deleite por la cadencia del “Cóndor pasa”, tras el calambre que recorre nuestra espina dorsal ante la presencia de Machu Picchu.

Somos tan bellos y horripilantes a la vez... Las “Ciudades de los Reyes,” la del Virreinato y la del Imperio, por fin se desnudan, se olfatean como perros, se muestran los colmillos y gruñen palabrotas en español y en quechua... y … no nos entendemos. Hablamos en lenguas e incomprensibles dialectos que salen a empujones de nuestras gargantas.

Pareciera que estamos saliendo de un sueño profundo, de un estado macabramente hipnótico. 

¿Podría el acto de desenterrar tabúes romper el conjuro, que dejó algún brujo malvado para que pase generación tras generación, en los genes de los peruanos?


El bicentenario de la declaración de la independencia llega en pandemia, tras elecciones cerradas con dos candados con Cs mayúsculas, que al ser abiertos, han dejado salir a nuestros diablos del infierno. 

Los peruanos nos vimos de pronto puestos entre una espada y una pared cuidadosamente fabricadas, las cuales tuvimos que mirar cara a cara, como un péndulo que mueve, de lado a lado, el mago frente a nuestro indefenso ser: El  de la Corrupción y el del Comunismo. 

Su truco, como arte de magia (negra o blanca), está surtiendo efecto. Estamos siendo capaces de hablar, de sacar lo que por siglos guardamos dentro.

Cual ironía del destino, en un Perú enmascarado por la pandemia, estamos siendo capaces de ver y mostrar nuestros rostros verdaderos. 

¿Será este acto el precursor de nuestra independencia? ¿Podremos aceptar y abrazar nuestra totalidad obscena? 


Ha habido un intermedio en la función y los artistas han salido a compartir con los espectadores, se mezclan entre los que “no fingimos” y nos jalan las ropas, nos meten los dedos a los ojos, nos abren la boca, huelen nuestras narices.

San Martín, Sucre, Bolívar, Parado de Bellido, Olaya, se han asomado a ver ese último Bastión después de 200 años. 

¿Qué hemos hecho de él, a dónde lo estamos llevando?

Necesitamos ser capaces de asumir nuestra sombra, de reconocer nuestros racismos, clasismos y odios, de aceptar que así somos pues… ¿y que?... o... ¿y ya es hora de cambiar? 


¡La china o el cholo, que destino! sufren los pequeños virreyes. 

¿Qué culpa estaremos pagando para tener que decidir entre estos dos personajes? lloran por el virrey que llevan muerto en sus entrañas. 

¡Cajamarca regresa a recuperar el oro! ¡Por fin un peruano neto! 

Se regocijan los Manco Cápac y las Mama Ocllo, “a punta de latigazos vamos a sacar a esos blanquitos limeños” se relamen en sus adentros.


¿Cuál es el Perú del 2021? ¿Del país de más muertos per cápita por coronavirus? ¿Del país poseedor de una de las maravillas del mundo? ¿Del país rey de la gastronomía? ¿Del país sudaca que ha recibido una estrella de papá por su progreso? ¿Del país con sus Amazonas violentadas día tras día, con sus ríos envenenados, sus bosques talados, su aire contaminado? ¿Del país con mendigos inválidos postrados sobre bancos de oro? ¿Del país que ha sabido  sufrir, llorar, reir, y amar pero que pareciera estar recién aprendiendo a mirar, escuchar y hablar?


Una a una ponemos las máscaras de los que fueron en sus respectivas tumbas, uno a uno ponemos también sus trajes de piedras preciosas y de harapos; nos sacamos la corona, la mascaipacha, el chicote, las botas, los grilletes y cadenas; desensillamos nuestros caballos, sacamos las mantas y alforjas de nuestras llamas y mulas;  colocamos todo sobre las lápidas. 

Dejamos en el panteón las gastadas ojotas, el sable, las joyas, los plumajes, los collares jíbaros de cabezas reducidas que cuelgan sobre nuestros pechos.

Uno a uno los zombis vamos despertando, uno  a uno hemos de vencer el conjuro... 

¡Ya son 200 años, carajo!



19 de Junio del 2021



Escrito que fue incluido en el libro:

BICENTENARIO 200 AÑOS: CHASQUIS DEL BICENTENARIO

Colección de ensayos de escritores peruanos en el extranjero por los años de la independencia del Perú 1821-2021. Editor: Jorge Yeshayahu Gozales-Lara

 
 
 

Comments


© 2020 by Milagros Lizarraga

bottom of page